A lo largo de los años, he buscado la forma de lograr una nueva (buena) vida. Sentía dentro de mí que debía de existir otra manera de hacer las cosas, algo que anhelaba y que me gustaba llamar… “el buen vivir”.

En mi búsqueda constante, encontré infinidad de cursos y retiros donde –de alguna manera- me he sentido culpable por no lograrlo. La complejidad y el esfuerzo requerido era tal que difícilmente podía cumplir con la tarea y, por tanto, el objetivo se me hacía lejano e inalcanzable.

El Valle de Caderechas, más concretamente el cerezo en flor y la forma en la que las distintas culturas en el mundo vivencian este fenómeno, me ha servido de inspiración y llevado a encontrar el camino: Kantan-Mankai. Los conocimientos y experiencias acumulados, durante mi vida profesional, me han provisto también de las técnicas adecuadas para trasladar la abundante teoría a un plano más práctico y realista.

Si algo he descubierto en todo este tiempo es que la manera de alcanzar la «Buena Vida» debe ser un camino amable y placentero; un descubrimiento constante en el que impregnarse de bienestar y disfrutar del proceso que nos acerque a la felicidad.

Y lo más importante… me gustaría acompañarte en este camino.